En Reparación

Algunos daños estructurales entre vértebra y vértebra reclamaron como nunca; y claro, como nunca pensé tener una hernia lumbar, me aguanté hasta el límite de mi umbral de dolor. Mal, muy mal. Entonces, voy a terapia de kinesiología, me la paso de retroversión en retroversión, moviendo músculos que olvidé hace treinta años, buscando equilibrio en una gran pelota de goma y, por sobre todo, siendo muy aplicado con las instrucciones que me entregan.
A todas luces voy en recuperación -al menos, no me duele cuando pestañeo-, los músculos que deben afirmar de a poco vuelven a su trabajo y lentamente entro en situación de equilibrio lumbar. Entonces se me ocurre que podría ser igual con el corazón (considerando este músculo como núcleo de las emociones). Baste una dosis de calorcito concentrado, elongaciones de alegrías, retroversión de desdichas, advertirlo en su eje y masajear con ternura. En fin, supongo que pronto estaré mejor de mi columnaespaldapiernaizquierda, y aunque mi plan de salud nada diga del corazón, pienso que también habrá mejoras.
Ya se vienen las vacaciones, un tiempo para escuchar el interior, ejercitar el alma y no dejar de lado a los huesos y músculos. Por ahora, a seguir firme en las reparaciones y a ustedes, sólo les pido que “perdonen las molestias en pos del progreso”.