Parafraseando a Cortázar

Seguramente conocen el relato: “Preámbulo a las instrucciones para dar cuerda a un reloj”. En estos días, he tenido la fortuna de releerlo y como el incienso que encuentra en el fuego su complemento para llenar el aire de aroma, encontré complemento para vaciarme de la ausencia de notas de estos días...

Ocurre muchas veces que, mientras viajo en el metro, ya sea de ida o de vuelta, los temas para el Blog surgen a granel, aparecen de a miles, como esas lucecitas parecidas a chispas que se ven cuando cerramos lo ojos y apretamos fuerte los párpados o nos ayudamos con las manos...pero al igual que con esas lucecitas que desaparecen o son indescifrables una vez que tenemos lo ojos abiertos, me bajo del carro y lo temas se esfuman...resultado: no escribo.

No es que sea por desidia, no escribo porque no encuentro el tema, se me nubla y entonces pienso en el Blog...y se me viene Cortázar y ¡Eureka! hago la síntesis en un remedo de parafraseo a sus notas sobre el reloj.

A veces considero que cuando inicié mi Blog, pensando que me hacia un gran regalo, inicié una cadena de rosas, un calabozo virtual. No es solamente iniciar el Blog y que seas muy feliz escribiendo y espero que te dure porque tienes mucho que relatar...No......cuando inicié mi Blog – no lo sabía, lo terrible es que no lo sabía – le di forma a un pedazo frágil y precario de mi mismo, algo que es mío pero que no es mi cuerpo, que hay que mantener activo, pues está ahí, desesperado colgándose de mis manos y sentidos...

Cuando inicie mi Blog, inicié la necesidad de actualizarlo permanentemente, de actualizarlo para que siga siendo un Blog, inicié la obsesión de revisar si tengo comentarios, de visitar otros Blogs, de comentar para estar presente...inicié la permanente idea de no quedar obsoleto, se escribir con sentido, de saberme leído....

De pronto me da la sensación, que no he sido yo el que se ha regalado un Blog...he sido yo el regalo para el Blog que lleva mi nombre, he sido yo la ofrenda para esos códigos en htlm....

Supongo que cuando vuelva al carro del metro, miles de ideas para escribir se irán agolpando en las ventanas, esta vez trataré de conservar alguna, por ahora sólo les dejo este comentario aciago.