jueves

La lluvia.


“lavan tus aguas
el rostro de la tierra
y bajan hasta el fondo
donde la primavera duerme.”*


Entonces llegó la lluvia, pero no fue la anhelada lluvia. Aquella lluvia que vendría a limpiar nuestro cielo ahogado de polvo y combustión. La que lavaría las calles y dejaría a la hojas del suelo tejidas como en tapiz. La romántica de otoño, la que nos permitiría pasear del brazo de nuestra amada o amado. Aquella que no moja, más bien tiñe de gotitas la ropa y la piel. No, no fue esa la lluvia que se nos vino.


Isidro, el santo, dejó la llave corriendo y se quedó dormido. Hoy por la mañana la posa de agua era enorme. El agua corría desde los cerros de Santiago, atravesando las plazas y las calles de costumbre y se escabullía, incluso, en las nuevas y modernas autopistas concesionadas.


Claro, no era posible advertir que el santo se “pegaría su pestañeadita”. Nooo, no es problema de la escasa previsión con que se aborda la vialidad y la mantención de la infraestructura, nooo, en ningún caso. Esta vez el responsable fue Isidro de Merlo y Quintana, el santo.


Y yo que quería, como Gene Kelly, salir a cantar bajo la lluvia. En vez de aquello, llegué a la oficina mojado como diuca (pajarito que se queda paradito y ni se mueve cuando llueve), tengo una gotera sobre la mesa de reuniones y bajo ella hay agua acumulada en la alfombra.


En fin, anuncian que habrá agua cayendo desde el cielo hasta el Domingo. Es decir, ya se inicia la temporada de anegamientos y las campañas para ir en ayuda de los anegados. Así va chilito, y eso que aún no llega el invierno.



* Oda al invierno, Pablo Neruda

Los Estudiantes

Hace como veinte años atrás, un paco casi me saca la cabeza de un palo. En aquellos días, protestaba, entre otras cosas, contra la municipalización de la educación chilena. No nos fue bien, los colegios se municipalizaron y al rato, como guinda de la torta, se aprobó la L.O.C.E. Lo que siguió es, más o menos, historia conocida.

Supongo que nadie pudo sospechar hasta donde llegaría el actual conflicto estudiantil. Y no lo hicimos porque nada sabemos de los actuales jóvenes, de sus formas y modos de organización, de su enorme voluntad y tesón, y de la capacidad de ponerse de acuerdo en temas que les son comunes y trascienden a su interés inmediato. Ha quedado demostrado que el pase escolar y PSU fueron sólo la puerta de entrada para los temas de fondo.

Como bien dice un amigo, los muchachos no están protestando por cuestiones menores. Lo están haciendo en contra de una pésima educación que reciben. En contra de un sistema que ha cambiado el derecho a la educación por la libertad de mercado. Protestan porque la educación, en vez de ser un vehículo de movilidad social, es una verdadera ancla que, al tirar hacia abajo a los sectores deprivados, marca diferencias insalvables.

Hoy, quienes gustan del poder y de las luces sobre las cámaras, se agolpan para aparecer junto a estos niños, que hablan de corrido y dejan en vilo al establishment criollo. Lo que no saben estas personas, es que estos jóvenes ya nos develaron y con la mayor legitimidad moral, podrán apuntar con sus dedos a quienes se queden en el discurso vacío.

Gran atrinque para la Concertación que no ha puesto el tema sobre la mesa y como se debe, gran atrinque para la derecha que no ha puesto voto favorable para realizar reformas, gran atrinque para los incluidos en el modelo que, de tanto mirarse el obligo no ven pasar el presente, ni menos imaginan a quienes lo aguantan.




Powered by Castpost
ecoestadistica.com